En este blog se ha hablado largo y tendido sobre Arduino y Raspberry Pi, las dos principales placas de bajo coste que se utilizan en informática y electrónica educativa. Pero como bien sabes, no todo es educación a la hora de trabajar con las tecnologías digitales, también hay espacio y tiempo para el ocio y el entretenimiento. Hoy vamos a profundizar en una de las aplicaciones que hacen furor para una de ellas: usar Raspberry Pi como Media Center.
Pero antes de saber cómo usar Raspberry Pi como Media Center, vamos a explicar qué son éstos. Los Media Center no son más que un conjunto de hardware (placa, microprcesador, ram, puertos hdmi y usb, etc) que se han unido específicamente con el propósito de reproducir y almacenar contenidos audiovisuales. A este hardware hay que acompañarlo de un software desarrollado expresamente para cumplir de manera ágil y simple las tareas para gestionar los contenidos que queremos visualizar o escuchar.
Y ahora me voy a dirigir a ti, que estás leyendo este post sobre Raspberry Pi y te voy a pedir que imagines. Hasta aquí lo básico, puede que te estés preguntando para qué usar Raspberry Pi como Media Center, si lo que he dicho que hace, ya te lo facilita tu PC, portátil, smartphone o tablet. Pues básicamente por una cuestión de espacio, tiempo, simplicidad y comodidad. Piensa que los Media Center se ubican junto a nuestras magnígficas televisiones último modelo a las cuales adoramos desde nuestro sofá cuando queremos apagar la mente. Es así por una cuestión de cables y receptores ¿No te resulta algo engorroso encontrarse la torre de un PC o el portátil abierto junto a ellas? Además de las complicaciones para pasar imagen y audio desde estos equipos a la pantalla, sin olvidar el sonido de su ventilador para refrigerarse que “no” te impide escuchar con claridad esa serie, película o concierto que estabas esparando disfrutar en la tranquilidad de tu hogar. Un Media Center lo evita.
En el párrafo anterior, has podido percibir y tomar conciencia de las incomodidades de mover un portátil o un PC, su configuración, etc. Y podrías contestarme que todos esos obstáculos los salvas con tus dispositivos móviles. Pues quizás esos sí, pero donde tú veías una oportunidad, se abren otros problemas que salvar: las baterías de los dispositivos se agotan y si los enganchas a la red para que no se agoten, se vician y se disminuye su vida útil. Lo cual te hará cambiar de batería mucho más pronto de lo que esperabas y correr con ese gasto, eso si no tienes la “suerte” de que el dispositivo sea monobloque y no puedas sustituirla, lo que convertirá tu tablet o smartphone en un bonito y diminuto equipo de sobremesa.
Si tu móvil o tablet tuvo un precio superior a los 200€ seguro que te emociona tenerlo únicamente en el salón y que no pueda acompañarte más allá de las puertas de tu casa sin que se apague. Otros inconvenientes, disculpa que sea tan perverso, pero quiero hacerte ver que un Media Center es una buena solución para el ocio audiovisual y te va a evitar a corto , medio y largo plazo muchos quebraderos de cabeza.
Como te iba diciendo, otros inconvenientes pueden ser: una llamada de teléfono que interrumpe la reproducción o la molesta luz de la pantalla de la tablet, que no se puede apagar, mientras pasa el contenido a la televisión. Eso, si no llega un momento en el que tablet o smartphone se reinician por la sobrecarga de procesos y el aumento de temperatura, cuestión que les hace apagarse para evitar que el hardware se dañe.
Siento haberte contado en los dos párrafos anteriores las calamidades que puedes llegar a sufrir si no haces un adecuado uso de tus dispositivos , los problemas que vivirías y el dinero que malgastarías por ello. Pero quien te los vende solo te va a hablar de sus virtudes y las empresas que los fabrican bien felices son, cuando te cargas uno de sus dispositivos y acto seguido compras otro para sustituirlo, por unos nada despreciables, y como poco, 80€. Y ahora llega el momento de saber cómo usar Raspberry Pi como Media Center, que por poco más de 40€ soluciona estos problemas.
Salvada y comentada la cuestión económica de Raspberry Pi, pasemos a valorar su tamaño y aspectos físicos. En poco más de lo que ocupa una tarjeta de crédito tendrás el hardware necesario para gestionar tanto la conectividad como los recursos de reproducción que demanda un Media Center, el microprocesador y la salida hdmi alojados en la placa permiten reproducir vídeo y audio en HD. Estas cualidades la hacen prácticamente imperceptible junto a una tv de pongamos… 32 pulgadas. Y no te preocupes por los ruidos, su chip y memoria disipan el calor que generan sin la necesidad de ningún ventilador.
Tengamos en cuenta ahora su autonomía, pues tendrá toda aquella que te permitas pagar en tu factura de la luz o el mantenimiento de los plomos de tu domicilio; va enchufada a la red y carece de batería. Teniendo en cuenta que el consumo de watios de una Raspberry Pi es irrisorio, entre 3.5 y 6, en función de los periféricos que tengamos conectados, el coste es más que asumible y bastante alejado del resto de equipos con los que la comparamos.
Por último, el software o programas para usar Raspberry Pi como Media Center. Si aquí esperabas encontrar el punto débil de la propuesta te has equivocado, los amables desarrolladores de sistemas operativos y software para Raspberry Pi decidieron construir una distribución en la que sistema operativo y Media Center son uno, con lo que al encender nuestro equipo directamente se ejecuta el software, habitualmente XBMC, y no tenemos que preocuparnos de complicadas configuraciones o instalaciones.
No quiero finalizar como esa vendedora o vendedor que solo te cuenta lo bonito del producto pero tampoco te voy a contar ahora los inconvenientes. Sólo te diré que existen y que, apoco que te familiarices con la placa, se solventan rápidamente. Como bien sabes, si sigues nuestro blog, más pronto que tarde, desde Conmasfuturo.com también hablaremos de estas cuestiones.
Paco Bordallo.
Técnico de proyecto y formador de Conmasfuturo.com
Saludos.