Hace poco me vino esta pregunta a la cabeza, y es que, en una sociedad en la que avanza cada vez más la tecnología, en la que la gente ya no es anónima, en la que no dejan de suceder cosas surrealistas, ¿estamos preparando a los niños para profesiones distintas a las que todos conocemos?
No hace mucho tiempo pregunté a un grupo de alumnos qué querían ser de mayores y por qué. Sus respuestas fueron muy comunes: los niños, policías o futbolistas; las niñas, veterinarias o profesoras. Los porqués: simplemente “me parece interesante y me gusta” claro y conciso, así son. Vale, no me quejo de que un niño o niña quiera desempeñar un oficio como estos el día de mañana, completamente imprescindibles en nuestra sociedad, pero ¿alguien les ha comentado a estas mentes en ebullición que quizá el día de mañana puedan ser algo que ni siquiera se imaginan que existe? El otro día escuché en el autobús una conversación entre dos chicos, tendrían 14 años y hablaban con un perfecto uso de palabras como hashtag, streaming, app store, malware, web 2.0... Sin embargo, creo que esos chicos dirían que quieren ser bomberos, abogados o informáticos si se les preguntase.
Por suerte, he tenido algunas experiencias enseñando nuevas tecnologías a grupos de niños y me he llevado grandes sorpresas cuando me muestran que saben de la existencia de otros oficios. Algunos chicos saben que no sólo existe la profesión de informático si se te da bien y te gusta trabajar con ordenadores, resulta que puedes ser diseñador gráfico, community manager o programador de videojuegos ¡Aleluya! Y de verdad digo que da gusto que un niño de 14 años te diga muy seguro que él quiere dedicarse a la robótica o a desarrollar videojuegos cuando sea mayor, porque todo va enlazado y los padres o profesores le han mostrado un nuevo camino, no lo han despreciado.
Lo que pretendo decir con todo esto es que confiemos en las nuevas tecnologías, que las enseñemos en los colegios, que se incluyan en los libros y en el curriculum de la etapa que sea pertinente. Aprovechémonos de ellas y no las juzguemos. No subestimemos el futuro. Los niños que hoy nazcan podrían ser técnicos de cocinas o coches inteligentes, y esto mola, ¿por qué no hablar de esto con esos futuros técnicos? Profesores, padres, chicas y chicos, el futuro esta aquí, no le deis la espalda.