Rory Cooper era un chico de 20 años que sufrió un grave accidente dejándole en silla de ruedas. Tras esta desgracia Rory decidió dedicar su carrera como ingeniero para ayudar a otras personas con discapacidades graves y así, conseguir que éstas pudiesen convertirse en personas con independencia funcional.
Después de su tesis de doctorado, inició un programa de ingeniería de rehabilitación en la Universidad Estatal de California, Sacramento, y estableció un programa de capacitación en ingeniería de rehabilitación y entrenamiento olímpico para atletas con discapacidad. Construyó laboratorios para medir el rendimiento y la durabilidad de las sillas de ruedas y, de esta forma, estudiar cómo prevenir las lesiones provenientes de esfuerzos repetitivos que ocurren comunmente entre los usuarios en silla de ruedas.
A partir de aquí, se convirtió en el presidente del primer departamento de la ciencia y la tecnología de rehabilitación en los Estados Unidos, fundado en la Universidad de Pittsburgh. El departamento cuenta con un total de 60 personas entre profesores, personal, miembros y 25 estudiantes de posgrado. Ofrece capacitación para profesionales de la rehabilitación y proveedores de equipos médicos duraderos, operando un centro de investigación y desarrollo de la rehabilitación de forma conjunta con el Departamento de Asuntos de Veteranos, administrando a su vez una investigación en ingeniería de rehabilitación focalizada especialmente en sillas de ruedas, y ofrece servicios de rehabilitación clínica a través de un centro de asistencia tecnológica.
Nuevas tecnologías, ingeniería y diversidad funcional en la rehabilitación
Nuevas tecnología, ingeniería y diversidad funcional: Tele- rehabilitación
Una de las tecnologías de vanguardia que su departamento está trabajando en la actualidad es la tele-rehabilitación: la telemedicina aplicada a la rehabilitación. Estas técnicas se basan en que la rehabilitación debe hacerse utilizando un enfoque de equipo donde normalmente se incluyen un fisioterapeuta, un terapeuta ocupacional, un ingeniero de rehabilitación y el médico que trabaja con un paciente. Así mismo, un enfermero de rehabilitación y un consejero también pueden estar involucrados. La motivación principal es que por desgracia no es rentable enviar un equipo completo a cada casa o al trabajo de una persona para hacer una correcta evaluación. Por ello, los miembros del equipo son enviados a diferentes centros con una unidad. Como un ordenador portátil que tiene placas de interfaz con varios instrumentos de recogida de datos. La unidad también posee una o dos cámaras de vídeo montadas para capturar imágenes de la casa. Los miembros del equipo se conectan a través de Internet, lo que permite la comunicación y el intercambio de datos entre ellos con todo el equipo al mismo tiempo.
Ingeniería, diversidad funcional y nuevas tecnologías: Diseño de silla de ruedas
Su propia investigación personal se sigue centrando en el área del diseño de silla de ruedas. ¿Cuáles son los principales avances en sillas de ruedas en los últimos cinco años? Para sillas de ruedas manuales, Cooper identifica dos mejoras : en primer lugar , una mayor comprensión de la ergonomía y de la interacción entre la silla y el usuario, algo que provoca una mejor personalización del producto en función de las necesidades del usuario, y , en segundo lugar, la mejora de los materiales pudiendo personalizar el diseño , mantener las sillas ligeras y funcionales para mejorar la oferta y adaptarse a las diversas patologías que se presentan en este colectivo.
Para las sillas de ruedas con motor eléctrico, los avances más predominantes son el uso de microprocesadores y la tecnología informática complementaria. Esto ha hecho que la silla de ruedas se convierta en un elemento más fiable y funcional abarcando una variedad más amplia de personas con diversidad funcional y permitiendo la movilidad independiente de las personas con discapacidades más severas. La tecnología informática también permite a los usuarios de sillas de ruedas ajustar la aceleración, la velocidad máxima e incluso la tasa de variación. Eso ha permitido que personas que colaboran con el proyecto como Christopher Reeve, puedan conducir sin problemas su silla de ruedas eléctrica, mientras que hace 10 años una persona con una lesión en la médula espinal de nivel alto habría sido probablemente dependiente de otra persona para conducir su silla de ruedas o habría tenido muy limitada su movilidad.
También cabe destacar la robótica como introducción de las tecnologías en sillas de ruedas eléctricas. El Ibot, que todavía está en fase experimental de prototipado, utiliza la tecnología robótica para mantener el equilibrio sobre dos ruedas y permite a la gente llegar a objetos más altos, tener conversaciones a nivel de los ojos, conducir a través de arena y grava o poder subir bordillos y escaleras.
Una vez más, el mundo nos anima a seguir investigando sobre las nuevas tecnologías, ingeniería y diversidad funcional en la rehabitilación gracias a personas como Rory Cooper.
Si quieres saber más sobre el acceso a las nuevas tecnologías para personas con diversidad funcional, no dejes de visitar el blog Mundo TIC del proyecto Conmasfuturo.com.
Melissa Matas